Carta abierta de Quírico Jiménez, ex-Diputado, Ingeniero Forestal, graduado en la Universidad Nacional, Heredia. Máster en Gestión y Conservación de Flora de la Universidad Internacional de Andalucía, España.
¿Realmente hay paz con la naturaleza?
Meses atrás el gobierno de la República nos ilusionó con el programa “Paz con la Naturaleza”. Muchos creímos que por fin un gobierno abandonaba sus compromisos políticos de campaña para cumplir con el mandato expreso del artículo 50 constitucional, legándoles a los habitantes de esta tierra bendita un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Todos sabemos que el tema ambiental nunca ha sido prioridad en la liturgia de las campañas políticas de ningún partido.
Seamos sinceros. Guardando el respeto que merecen las personas que integran la comisión de “Paz con la Naturaleza”, se debe reconocer que la tan cacareada paz con natura no ha sido más que un buen intento. Costa Rica en este tema maneja un doble discurso y una doble moral. Prueba de ello son los escalofriantes reportajes de la prensa en donde la denuncia no necesita palabras. Las imágenes hablan por si solas de la destrucción de nuestros recursos, a veces con la complicidad de quienes están obligados a protegerlos.
Nuestro gobierno ha puesto en vigencia varios Decretos Ejecutivos en este campo, pero el tema sigue vigente y sin solución, si éstos no atacan con valor la raíz del problema, el fin del compromiso de “Paz con la naturaleza” serán palabras al viento, solo para ilusos. Este tipo de regulación en el campo ambiental no es nuevo, pues ya el gobierno anterior pretendió cortar bosques en la Zona Marítimo Terrestre (que forma parte del Patrimonio Natural del Estado) para permitir la construcción de infraestructura hotelera.
Entre los Decretos Ejecutivos que, a juicio de muchos, atentan contra nuestro ambiente y, obviamente, contradicen los principios de “Paz con la Naturaleza”, se pueden citar el 33.757-MP-MIVAH-MINAE, una reforma al Plan Regional de Desarrollo urbano de la GAM; el 33.957 MINAE-MAG, que permite la construcción de obras de infraestructura civil en cualquier uso de la tierra, incluso sobre el 75% de pendiente; el 30.043 MINAE, que reduce los límites al Refugio de Vida Silvestre Gandoca y Manzanillo en la zona atlántica.
Otros Decretos son el 34.295 MINAE, para la clasificación de tierras en la Zona Marítimo Terrestre por profesionales privados; el 34.136 MINAE, que es un Reglamento de procedimientos del Tribunal Ambiental Administrativo, donde el acceso al expediente administrativo es solo para las partes y sus representantes y los abogados; el 34.282 TUR-MINAE-C, donde se concesiona un 5% de la isla San Lucas; también un Reglamento donde se incluye el Plan regulador de Esparza y se le da otro uso a terrenos demaniales dentro de la Zona Protectora Tivives. Finalmente y de reciente data el 34.456-MP-MIVAH-TUR-MINAE-COM, que establece las directrices generales de ordenamiento territorial y el Plan Regional Urbano de la Región Chorotega.
Es contradictorio y poco esperanzador que todos estos Decretos han sido firmados por los jerarcas del MINAE, precisamente la institución que tiene que velar por la protección de nuestro ambiente. Como a todas luces estos instrumentos jurídicos parecen ser violatorios de normas constitucionales, confiamos en que la Sala Constitucional falle las acciones interpuestas a favor del ambiente, pues solo así -aunque sea por un rato- podremos dejar en Paz a nuestra madre Naturaleza.
Fuente Diario Extra
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