Las aguas residuales del puesto de los guardaparques se vierten libremente en la laguna y el tanque séptico de los sanitarios usados por los turistas colapso desde hace más de un año. Los malos olores, llegando hasta las zonas de descanso, finalmente, obligaron el ministerio de salud a hacer un análisis microbiológico en octubre de 2008. Esta, contabilizó hasta 46000 unidades de coliformes fecales en cada litro de agua, 192 veces más que el tipo máximo que es de 240 unidades por litro para que el agua no represente ningún riesgo para la salud, de que desalientar los nadadores más asiduos.
“Este tipo de contaminación afecta a los organismos del lugar, sus hábitat y es un enorme peligro para la salud pública” declaró el gestor ambiental municipal, Warren Umaña..
Sin embargo, el parque seguira abierto hasta el próximo 26 de febrero, fecha a la cual se cerraría por el Ministerio de Salud si no se soluciona el problema.
Esperaron hasta ahora para avisarnos del peligro, que buenos son con nosotros los visitantes.
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